Como cada año y desde 1925, el segundo domingo de octubre, se realiza en Almirante Latorre una de las conmemoraciones religiosas más importantes de la zona, a la que este otrora pujante pueblo, se llena de visitantes, principalmente ex vecinos, descendientes y familiares de los que aun hacen patria en este pintoresco lugar, para rendirle tributo a “Santa Teresita del niño Jesús”, la patrona de la iglesia del sector.

Para ahondar en esta celebración debemos primero adentrarnos un poco en la historia del pueblo. No hay fecha exacta de la fundación como tal, pero si se sabe que su primer habitante fue Don Pedro Pablo Villalobos, quien llego a construir su casa en el sector. Lo que sí es claro, es la fecha de inauguración de la Iglesia, que fue en 1925, y que de la misma manera dio inicio a las festividades anuales. El pueblo tuvo su bonanza entre los años 50 hasta mediados de los 70, fecha en que el ferrocarril dejo de funcionar.

El ferrocarril fue justamente lo que le dio más vida, quienes aún recuerdan esos años nos señalan que en la estación vivía el jefe de estación, y estaban las boleterías, ahí los trenes se recargaban, dejaban mercaderías en las bodegas, y de estas se abastecían a las otras comunidades como el incipiente pueblo minero de  Condoriaco.

Almirante Latorre contaba con Comisaria de Carabineros, Correo, Colegio y Registro Civil, y vivían allí más de 500 personas, las que se veían aumentadas en las fechas de las fiestas, ya que también nos señalan que eran dos trenes con 17 carros los que llegaban con gente para las festividades. Hoy muchas casas están en ruinas, algunas han sufrido el embate de los años, el clima y su abandono, y otros como el colegio se han modernizado, acá nos detendremos un momento para señalar dos datos importantes; el primero, hoy la población no es de mas de 60 personas, y el segundo es que el colegio solo cuenta con tres alumnos, y uno de ellos el próximo año deberá seguir sus estudios en La Serena o Coquimbo, ya que solo se cuenta con enseñanza hasta 6º básico.

El pueblo en estas festividades recibe a centenares de personas, que como lo señalamos anteriormente vienen a recordar sus raíces, a sus familiares y el lugar que los vio crecer.

Hoy los lugareños sobreviven gracias a la cría de ganado caprino y sus derivados, y que les ha dado la fama de uno de los mejores quesos de cabras de la región. El pueblo cuenta además con varios atractivos que uno puede visitar como es el carro a la orilla de la vía del tren, que si bien esta bastante deteriorado aun esta en pie, además de la ex estación, que es Monumento Histórico. También pueden conocer su hermosa iglesia y el mural hecho en 2015 que es una historia visual con la línea del tiempo del sector.

Lamentablemente, a pesar de que el pueblo está alejado de la ciudad, muchos visitantes con poco de conciencia cultural van solo a deteriorar el sector, rompiendo partes del edificio, solo para tratar de ingresar, apedreando por ejemplo el estanque de agua, el cual por lo mismo tuvo que ser retirado, rayando y hasta ocupando de baño este Patrimonio, así que pedimos un poco más de respeto si van a visitar estos lugares, y dedíquese a conocer mas su historia y orígenes.