TONGOY JAZZ FEST CELEBRÓ CON ÉXITO SUS 40 AÑOS.

El evento, autogestionado por un residente y amante de la música, contó con la participación de reconocidos artistas del género y también músicos locales.

Este 2025 llegó cargado de panoramas regionales y el mítico balneario de Tongoy no se queda atrás, los días viernes 10 y sábado 11 se disfrutó en la explanada de Playa Grande el tradicional Tongoy Jazz Fest.

Quien tuvo el trabajo de animar y dar vida a este espectáculo no fue nada más y nada menos que Walter Contreras, periodista y poeta del reconocido programa La Carpa del Diablo, de Radio Futuro.

El evento partió el día viernes 10 a las 19:30 horas con la presentación del Clan Medina, parte del ensamble musical de Tongoy Project Band, compuesto por Javier Medina, sus hijos y nietos y Joao, folclorista de la guitarra acústica reconocido en la zona por su gran talento.

La agudeza de estos músicos locales comenzó por dar vida al festival, cabe destacar que la participación de Inti, de apenas 11 años, sacó grandes aplausos por su desplante con la guitarra eléctrica. Junto a ellos también posaba el menor del clan, que con una pequeña guitarra acústica fingía tocar a la par de su familia.

Luego del Clan Medina y con la caída del sol en el mar, se preparaba el escenario para Crisol Big Band, orquesta que desde Temuco viajó hasta Tongoy para participar del aclamado festival.

Entre los vitoreos del público, los 12 artistas que componen la orquesta subieron a la tarima, acompañados de Rodrigo Iter, reconocido baterista chileno que complementó el espectáculo de la banda con sus ritmos percusionistas.

Aproximadamente una hora duró la presentación de Crisol Big Band, con una suave mezcla armoniosa entre trompetas, saxofón, contrabajo y batería deleitaron al público con un bello atardecer de fondo. La banda se despidió entre gritos y aplausos de los asistentes, que incluso pidieron una última canción.

Para finalizar la noche y como plato fuerte de la jornada del viernes, Christian Gálvez Trío subieron al escenario. Los aplausos fueron inmediatos y sin mayor preámbulo el trío comenzó su show, cada nota era una muestra de la más viva representación del jazz.

Aunque el bajista tocó canciones de su repertorio, la improvisación y la creatividad de Gálvez y compañía son las que identifican su espectáculo. La esencia de este género musical que se caracteriza por sus ritmos complejos y poco entendidos para quienes no están familiarizados, son lo que finalmente enriquece las melodías rítmicas y armónicas del jazz, que Gálvez y sus músicos expresan a la perfección.

Para la segunda jornada, el festival partió a las 19 horas con la presentación del baterista coquimbano Rodrigo Iter y la Rumbatería de Chile. Aunque para el horario el público estaba recién comenzando a reunirse, Iter fue igualmente aplaudido por los asistentes y su show no pasó inadvertido en absoluto.

Continuó el espectáculo con el baterista tongoyino Ricardo Lillo y seguido de una improvisada presentación de Walter Contreras, leyendo extractos de su último libro “Inteligencia Artesanal”. Acompañado con Joao en la guitarra acústica, el poeta logró sacar grandes risas con su simpatía y su ligereza al recitar.

Finalmente, comenzaron los preparativos para la artista más esperada de la noche, a las 10:00 PM el escenario estaba listo para la llegada de la maravillosa Antonella Sigala y compañía. En un viaje hacia el romanticismo erótico del cine en blanco y negro, Sigala nos transportó a un dulce y suave sueño musical a través de su último disco “Cine Noir”.

La intérprete incluso cantó un cover de la canción Llamado de Emergencia de Daddy Yankee, sorprendiendo a su público, que disfrutó este conocido hoy del reggaeton completamente adaptado a un ritmo entre el jazz y la bossa nova.

Para terminar su aclamado espectáculo, la artista cerró con una breve Jam para la que solicitó la participación de alguien del público, fue entonces cuando un joven baterista subió y acompañó a Sigala en su último tema, una canción de Nina Simone que prendió los movimientos del público y le otorgó el reconocimiento de los asistentes por su gran show y su increíble talento.

LA MENTE MAESTRA DE ESTE EVENTO

Constantemente se habla de la importancia de potenciar la cultura y espacios para esta, sin embargo, gestionar y realizar eventos de este tipo no es tan fácil como parece, pero la voluntad todo lo puede. Así es para Luis Pulgar, el hombre detrás de este show de alta categoría.

Luis es un tongoyino que desde su infancia recuerda sus primeros acercamientos con la música y entre ellos destaca el festival de jazz que desde sus inicios fue inspiración para seguir su camino. Actualmente y después de un cese a este espectáculo por motivos ajenos a Luis, este decidió desde el año 2022 hacerse cargo de la organización del festival y no ha sido un camino fácil.

Luis realiza un arduo trabajo golpeando puertas para recibir apoyo y es por esto que destaca y agradece el auspicio del comercio local de Tongoy, pues es la voluntad de la gente la que construye este festival que ya es parte de la identidad del balneario.

Por otro lado, agradece el apoyo de la Municipalidad de Coquimbo con los equipos de sonido y la puesta del escenario, pero considera que aún falta mucho apoyo por parte de las autoridades regionales respecto a cultura y entretención, especialmente en lugares pequeños como lo son Tongoy, Guanaqueros o Puerto Aldea.

El productor espera en algún momento consagrar este festival como un legado para el pueblo y sus generaciones futuras, que cada año sea más fácil de realizar y cuente con cada vez más apoyo. El llamado es a las autoridades regionales a valorar las iniciativas de este tipo y la autogestión, además de brindar mayor atención y ayuda para potenciar instancias tan importantes como estas.