Se anunció que llegarían a Coquimbo el 16 de diciembre de 2022, las míticas bandas holandesas God Dethroned y Sinister, más bandas locales de soporte. Todos felices esperando la presentación, pero vino la primera mala noticia, y que fue el comienzo de una serie para los fanáticos locales. Sinister anuncio que no podría llegar a Latino América por problemas de Visa de uno de sus integrantes, entonces el cartel quedo reducido a God Dethroned más las bandas soporte Black Light Bringer, Defacing, Predator y Goatzied. Llegamos e inmediatamente los representantes de la productora nos señalan que había problemas con God Dethroned, pero que aun así llegarían…tarde, pero llegarían. Esta situación me hizo recordar a la vivida con la banda Dark Funeral, pero la actual no iba a tener un final tan satisfactorio.

Abrió los fuegos Predator, banda demoledora con trash a la vieja usansa, luego vino Goatzied, Defacing y antes de que subiera Black Light Bringer los representantes de la productora avisaron que God Dethroned finalmente no llegarían. Ofrecieron devolver parte de las entradas, para muchos esto no era suficiente, el público se dividió, ya que parte de ellos entendieron que la productora hizo lo posible para que God Dethroned llegara, perdieron el vuelo y estos les pusieron una van, que finalmente no quisieron utilizar. La banda aludió a que se atrasó el vuelo internacional, que llegaron muy tarde y cansados, y las excusas se fueron sucediendo una tras otra, para al último obtener la respuesta que nadie quería oír.

Finalmente subió Black Light Bringer, para cerrar una noche con sabor amargo por la caída de la banda internacional, pero con muy buenas bandas de metal regional que aprovecharon el espacio, el buen sonido y el escenario para dejar todo sobre el.