Circo Kósmico: una mezcla perfecta de espectáculo y conciencia ecológica.

El pasado 22 de octubre, La Serena se llenó de magia, color y reflexión con la presentación del Circo Kósmico, una propuesta artística que combina acrobacias de alto nivel con un potente mensaje ambiental. Auspiciado por Jumbo y Caja de Compensación Los Héroes, el espectáculo se presentó en tres funciones (15:30, 18:30 y 20:30 horas), congregando a cientos de familias que esperaban con entusiasmo esta ya tradicional alianza circense.

Una historia interplanetaria con propósito

La historia comienza con Jumbito, una niña curiosa, y Kosmo (interpretado por el actor y cantante Augusto Schuster), quien llega desde el espacio en su nave para embarcarlos en una misión encomendada por el mismísimo Profesor Maza. El objetivo: visitar distintos planetas para aprender de sus características y salvarlos de la contaminación, con la esperanza de aplicar ese conocimiento en la Tierra.

Cada planeta representa un desafío ambiental y una oportunidad para el aprendizaje. En el primero, mariposas luminosas rodean una esfera suspendida en el aire, donde una trapecista realiza acrobacias aéreas envuelta en humo, dando inicio a una serie de números visualmente impactantes.

Entre basura, naturaleza y reciclaje

El segundo planeta, tóxico y lleno de basura, introduce al antagonista de la historia. Allí se presenta un número de acrobacia aérea estilo pole dance, que dejó al público al borde de sus asientos por su complejidad y riesgo.

Luego, el viaje continúa hacia el planeta de la naturaleza, donde la simpática abeja reina invita a Schuster a cantar. Mientras suena la música, una pareja de malabaristas realiza un número en escalera que desafía la gravedad. La abeja reina, con su carisma, toca un instrumento de viento y genera uno de los momentos más cómicos al invitar a un asistente del público a participar.

El villano reaparece para revelar sus planes de contaminar el universo, pero Jumbito logra recuperar un osito de peluche (hecho de bolsas de basura) olvidado por el villano.

Ents, hormigas espaciales y rock clásico

La historia continúa con la aparición de los ents, seres arbóreos que custodian los bosques. Esta escena da paso a uno de los números más aplaudidos de la noche: un trapecista en una altura extrema que desafía los límites físicos.

Luego, unas hormigas espaciales acompañan a Schuster en la interpretación del clásico de Queen “Don’t Stop Me Now”, en un momento musical y de danza que marca el intermedio. La tradicional Kiss Cam se convierte en protagonista, provocando risas y reacciones espontáneas entre los asistentes.

Segunda parte: ciencia, reciclaje y redención

La segunda mitad del espectáculo comienza en un mundo submarino, donde otra trapecista deslumbra con su presentación en cuerdas mientras Schuster canta. El Profesor Maza reaparece con datos científicos que refuerzan el mensaje ecológico, y la abeja reina vuelve con sus locuras que arrancan carcajadas.

El siguiente planeta representa un mundo tecnológicamente avanzado, con alto nivel de reciclaje. Dos trapecistas realizan una rutina gimnástica que combina fuerza y coordinación.

Finalmente, el planeta del viento marca el cierre de la historia. Jumbito devuelve el osito al villano Tóxico, quien cambia su actitud y se une al mensaje de cuidado del planeta.

Todo esto mientras se prepara el número final: el péndulo de la muerte, una atracción extrema que mantuvo al público en tensión por su velocidad y dificultad.

Un cierre con música y reflexión

La historia concluye con el regreso a la Tierra. Kosmo es invitado a quedarse, y el villano arrepentido, junto al Profesor Maza, refuerzan el mensaje de conciencia ecológica. El elenco completo sale a escena para interpretar una canción final y despedirse uno a uno, cerrando con emoción y alegría una jornada inolvidable.