Wake Up!… un festival lleno de rock y sangre nueva.

El pasado 18 de octubre, el Teatro Centenario fue el epicentro de una noche cargada de energía y nostalgia. El “Wake Up! 2000’s Rock Festival” reunió a tres bandas tributo que rindieron homenaje a íconos del rock de finales de los 90 y principios de los 2000, dejando claro que el género sigue más vivo que nunca y continúa conquistando a nuevas generaciones.

El evento presentó a Reanimation (tributo a Linkin Park), Down the System (System of a Down) y Bulls on Rage (Rage Against the Machine), quienes con sus potentes puestas en escena encendieron la noche serenense.

Los encargados de abrir el festival, puntualmente a las 21:05 horas —detalle que siempre se agradece—, fueron los integrantes de Reanimation. Su tributo a Linkin Park fue impecable: un show enérgico, con excelente sonido y una conexión inmediata con el público. Temas como Numb, In the End y Crawling hicieron cantar a todos los presentes y dieron inicio a los primeros mosh de la noche. Tras poco más de una hora de presentación, la banda se despidió entre aplausos y ovaciones.

Uno de los aspectos más destacables fue la diversidad del público: desde jóvenes (muy jóvenes) acompañados por sus padres, hasta adultos que crecieron con estas bandas. La pasión por la música fue el hilo conductor de una audiencia unida por el amor al rock. Los más chicos, emocionados, se acercaban a los músicos para pedir fotos y compartir un momento con ellos.

La segunda banda en subir al escenario fue Down the System, tributo a System of a Down, quizás el plato fuerte de la noche. A pesar de su juventud, demostraron una madurez artística notable. Con un sonido potente y pulcro, y armonías que evocaban fielmente a sus ídolos, hicieron vibrar el Teatro Centenario. El público respondió con gritos, aplausos y una avalancha de mosh. Interpretaron clásicos como Sugar, Toxicity, ¡Chop Suey! y más. Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje a Ozzy Osbourne con el cover de Snowblind de Black Sabbath. Pero sin duda, el clímax llegó con Lonely Day, cuando por primera vez —al menos en mi experiencia cubriendo eventos en este teatro— vi a personas sobre los hombros, como si estuviéramos en una gran arena viendo a verdaderas leyendas del rock. A las 00:05 horas, la banda cerró su presentación dejando al público eufórico.

Tras una breve pausa, a las 00:30 horas, fue el turno de Bulls on Rage, tributo a Rage  Against the Machine. Con toda la fuerza y el mensaje contestatario de la banda original, ofrecieron un show cargado de energía, con un sonido sólido y una puesta en escena potente. Recorrieron lo más emblemático del repertorio de RATM, con su inconfundible mezcla de rapcore y rock, haciendo que el público entregara hasta la última gota de energía.

Sin duda, fue una noche memorable, protagonizada por bandas con sangre joven y mucho talento. Es alentador ver cómo se gesta un recambio generacional en la escena musical regional, y lo mejor es que lo hacen con una calidad destacable. Son pocos los aspectos a mejorar, porque el nivel mostrado fue realmente alto.

También es justo agradecer al Teatro Centenario por abrir sus puertas a estas nuevas propuestas. La apuesta rindió frutos: si bien no se llenó por completo, la asistencia fue significativa. ¡Esperamos que en la próxima edición del Wake Up! aún más público se sume a celebrar la fuerza y vitalidad del rock joven.