Fabio Lione la rompe con el poder del power metal por segunda vez en el Teatro Centenario.

El domingo 23 de febrero, el Teatro Centenario de La Serena fue el escenario de un evento que quedará grabado en la memoria de los amantes del metal. En un espectáculo que reunió a cientos de fanáticos, el protagonista de la noche fue nada menos que Fabio Lione, una de las voces más emblemáticas del power metal mundial. Reconocido por su trabajo en Rhapsody of Fire, Angra, Vision Divine, entre otras bandas, Lione regresó al Teatro Centenario por segunda vez, y la expectación entre los asistentes era palpable.

El show comenzó a las 19:30 con la banda local Excalibur tributo a Mago de Oz, quienes iniciaron la velada con un potente set que preparó el ambiente para lo que estaba por venir. Con su estilo melódico y bien logrado, Excalibur cautivó a los presentes interpretando una serie de temas caracterizados por riffs enérgicos.

Aunque el público aún estaba tranquilo y en proceso de entrar en calor, los músicos ofrecieron una presentación cargada de pasión. La escenografía, sumada a la presencia de hermosas bailarinas, añadió un toque especial. Sin embargo, la gran protagonista fue la marioneta gigante del legendario Quijote de la Mancha, que danzaba al ritmo de Molinos de viento.

A las 20:30, llegó el turno de 4Estigma, un cuarteto local con una sólida trayectoria en la escena del metal. Este grupo interpreto sus temas de su disco con una propuesta más agresiva y de mayor intensidad. Los músicos desplegaron riffs pesados, solos afilados y un sonido crudo que mantuvo al público completamente enganchado.

La banda se mostró con gran presencia en el escenario, llevando la energía al máximo y preparando el ambiente para el gran protagonista de la noche. Su destreza técnica y su poderosa ejecución lograron captar la atención, dejando claro que 4Estigma es una banda de peso en la escena local del metal.

A las 21:30, el teatro se llenó, y finalmente, Fabio Lione apareció. Desde el primer acorde, la multitud estalló en aplausos y vítores, y la magia del power metal comenzó a envolver la sala. Con una presencia imponente y su inconfundible voz, el cantante italiano reafirmó su fama mundial, demostrando porqué es uno de los artistas más respetados del género.

Los asistentes, que lucían con orgullo camisetas de bandas de metal, no dejaron de vitorear durante toda la velada, sin cesar en su petición de música. Lione, generoso con sus seguidores, no dudó en complacerlos con una serie de joyas que los transportaron a sus más grandes éxitos. La relación con los fans fue muy cercana, interactuando constantemente, compartiendo anécdotas y agradeciendo la calidez con la que fue recibido.

El concierto comenzó con un poderoso setlist que incluyó temas como The Village of Dwarves, una pieza épica y bailable. Durante esta canción, Lione relató la historia de su grabación, creando un lazo más cercano. La emoción creció aún más cuando, en medio de la interpretación, el público comenzó a corear su nombre con el clásico grito de "¡Olé, olé, Fabio, Fabio!", lo que provocó carcajadas en el intérprete.

Lione, muy cercano y conversador con sus seguidores, reveló que Holy Thunderforce era su canción favorita, desatando ovación. La entrega continuó con una serie de temas emblemáticos como Dawn of Victory, Nova Era y Eternal Glory. Además, se disfrutaron canciones de sus bandas anteriores como Lamento Eroico, Send Me an Angel y Rebirth.

El cantante también compartió una anécdota especial sobre un festival en Italia, donde tuvo la oportunidad de conocer a Bruce Dickinson. Este encuentro lo inspiró a interpretar Tears of the Dragon. En ese momento, todos los presentes cantaron al unísono con Lione, quien no solo entregó su voz, sino también su alma en cada nota. Tras interpretar también Wasted Years de Bruce, Lione mostró una faceta operática impresionante, como parte de un homenaje a su amigo, lo que dejó a todos conmovidos.

El set continuó con potentes temas como The Dark Secret, Lands of Immortals, March of the Swordmaster y Magic of the Wizard Dreams. Muchos de los presentes, ya sin camisetas, alzaban su mano cornuda con orgullo, entregándose completamente a la música y a la épica jornada.

Ya cerca de la medianoche, los metaleros no querían que terminara el concierto, pero Fabio, siempre atento y con una actitud amable, comenzó a despedirse. La velada terminó en una explosión de gritos que coreaban el nombre del exponente del metal.

Esta, sin duda, fue otra noche de metal para el recuerdo, donde la música y la pasión por el género unieron a todos en un solo grito de poder. Lione, con su inconfundible carisma y su poderosa voz, junto con la entrega y el amor por el metal de las bandas que lo acompañaron, 4Estigma y Excalibur, dejaron una huella en el Teatro Centenario.