Kudai Deslumbró al Centenario: Un Éxito Rotundo que Revivió la Fuerza de los 2000.
Lo del 15 de febrero estuvo fuera de serie. Kudai enamoró al público del Centro Cultural Teatro Centenario, trayendo la fuerza de los 2000 en cada rincón del lugar. La banda chilena de pop rock llegó con sus miembros fundadores Bárbara, Tomás y Nicolás, provocando profundos suspiros en La Serena.
Para muchos, su regreso era solo un sueño lejano, una utopía difusa, pero verlos sobre el escenario interpretando parte de sus grandes éxitos fue toda una realidad. Kudai, la icónica banda que marcó una generación con su estilo emo rebelde, regresó para revivir la emoción que había dejado en miles de latinoamericanos.
La noche en el Centenario comenzó con los sonidos de Anthon Hysteria, el joven talento prometedor de Santiago, quien presentó seis canciones, Con su guitarra y armónica, acompañado de un buen sonido rockero, logró convencer a los presentes.
La recepción fue positiva, con los asistentes participando activamente en las dinámicas propuestas por el cantante, especialmente durante las canciones “Cagao de Frío” y “Nuestro Hogar”. Estas composiciones, con letras sencillas pero profundas, invitaron a la reflexión sobre la vida, todo con un toque de humor.
Pocos minutos después de las 10, los siete integrantes del plato fuerte subieron al escenario desatando una ola de gritos entre la multitud. El público, compuesto principalmente por aquellos que vivieron sus años dorados de juventud con la banda como testigo, recordó con nostalgia esos momentos. Sin embargo, nuevas generaciones, influenciadas por los gustos de sus padres y referentes, también se sumergieron en este viaje musical.
Los chilenos abrieron su espectáculo con la emotiva canción “Morir de amor”, seguida de “Tal vez”. En total, ofrecieron un repertorio de 12 canciones durante aproximadamente una hora y media. Entre los temas más destacados, interpretaron “Ya no queda nada”, “Escapar”, “Llévame” y “Disfraz”.
El recinto, a su máxima capacidad, vibró con la emoción de los fans, quienes corearon cada letra, se unieron en una sola voz y celebraron el legado con una potencia única. Los éxitos como “Ya Nada Queda” y “Sin Despertar” hicieron temblar las paredes del teatro, mientras que las canciones más recientes fueron recibidas con entusiasmo por un público que ha seguido la trayectoria a lo largo de los años.
Además, sorprendieron con un interludio acústico, interpretando extractos de canciones como “Calendario” y “Ladrando a la luna” de Bolt. La banda también presentó su último single, “Karma”, una canción con un sonido fresco que conserva la esencia de Kudai, con un estilo similar al de sus primeros discos. Este nuevo tema prendió a la audiencia, quienes fueron testigos del inicio de una nueva era y tuvieron el privilegio de escucharla antes de su lanzamiento oficial en las plataformas musicales.
Sin duda, uno de los momentos más especiales de la noche fue cuando la pequeña hija de Pablo subió al escenario para acompañar a su padre en la interpretación del recordado éxito “Sin Despertar”. La ternura de la niña, cantando con su papá, no solo arrancó suspiros, sino que también desató una ola de energía positiva en el lugar.
Actualmente, Kudai se presenta con una formación de siete integrantes, cada uno aportando su talento único para crear un sonido más robusto y maduro que nunca. Los miembros originales, Bárbara, Tomás, Nicolás y Pablo, siguen siendo el alma de la banda, pero han sumado a nuevos músicos que han sabido complementar y enriquecer su propuesta musical.
Juntos, han logrado una química excepcional sobre el escenario, fusionando la fuerza del pop rock con matices frescos y dinámicos. La habilidad vocal, combinada con la destreza instrumental, crea un equilibrio total.
La simpatía y la interacción constante con los oyentes fueron clave para el éxito de la noche. Kudai no solo se limitó a interpretar sus canciones, sino que creó un ambiente cercano y cálido, pidiendo a la gente que compartiera sus canciones favoritas y preguntando desde qué lugares habían llegado los asistentes, sorprendiéndose por incluso tener un público extranjero.
Fue evidente el cariño y la cercanía que los integrantes sentían al reunirse con la ciudad, pero también entre ellos. La complicidad se reflejaba en las miradas y gestos, en las risas genuinas y en la forma en que se apoyaban mutuamente sobre el escenario.
A eso de las 23:45, Bárbara y Pablo anunciaron el final del show, cerrando la cita musical con una nostálgica interpretación de “Déjame Gritar”, dejando al Centenario con la energía por las nubes.
Kudai agradeció el cálido recibimiento, prometiendo regresar en una próxima ocasión. Aunque la ilusión natural de pedir una canción más estuvo presente, la banda, con mucho respeto, se alejó del escenario, lo cual fue aceptado con comprensión y aprecio.
Al final del concierto, la sensación de haber vivido algo especial flotaba en el aire. Los asistentes salieron del Teatro Centenario con una sonrisa en el rostro, sabiendo que Kudai había vuelto para quedarse y seguir escribiendo su historia, esta vez junto a una nueva generación de fans que también encontró en sus letras y melodías un sitio para hacer vibrar sus corazones.