NOTFEST LA SERENA: El Rock que une generaciones.

Sin duda, el rock es una corriente que, por casi 60 años, ha estado presente en el mundo de una u otra manera. Desde sus primeros atisbos, de manera más sutil, hasta las más brutales y recientes corrientes de rock actual, el género ha evolucionado considerablemente.

Muchos de los metaleros de la vieja escuela a veces no entendemos esta rara mezcla de música, show, performance y estilos, transformándonos en puristas. Sin embargo, reconocemos que las generaciones post-90 han sabido mantener el metal y el rock en lo alto.

El Notfest nos presentó una cartelera compuesta mayoritariamente por tributos a grandes bandas y un par de bandas locales de música original, quienes de diferentes partes de Chile llegaron a llenar de música la tarde del 1 de febrero. Familias enteras, mucha juventud y bastantes niños, quienes con sus padres comenzaron a desfilar desde temprano en el recinto ubicado frente al Mall de la ciudad de La Serena, cruzando la Ruta 5. Los carros de comida, la venta de cervezas, sándwiches y helados ayudaron a capear el calor de ese día en la ciudad y a apagar la sed producida por el exceso de rock.

El “timing” que en teoría partiría a las 13:30 se vio un poco retrasado, pero luego todo funcionó como un reloj inglés: todo a tiempo, con un sonido impecable y unas ganas soberbias de las bandas, que animaron a todos los asistentes.

Se esperaban alrededor de 1000 personas. Creo que ese número fue superado, y me alegro porque la producción estuvo de lujo y lo merecían. Fui testigo en primera persona de que a las bandas se les atendió bien; tenían su espacio para esperar su turno, y eso se valora (recuerdo en mis tiempos tenías que casi armar tus cosas en medio del público para subir).

La primera banda fue la local Grava, que partió, como dije, con un atraso, pero vuelvo a insistir: eso al final no importó. Pasadas las 14:00 hrs, las guitarras comenzaron a rugir, ensalzadas por la voz potente pero armoniosa de Paula. Un rock progresivo muy directo, con tintes de hard rock y una puesta en escena bien cuidada por parte de los locales.

Luego fue el turno de una banda tributo que esta vez me cerró la boca. La vez anterior que los vi en el Centenario, para mi gusto, su sonido no había sido el mejor, pero esta vez su sonido fue arrollador, demoledor y puso a la gente de inmediato en modo cabeceo. TWIST, tributo a Korn, estuvo simplemente genial. Es increíble cómo cambia todo con un buen sonido y una buena mezcla; ellos lo entregaron todo sobre el escenario, luciéndose como una banda de excelente nivel.

A las 16 hrs aproximadamente, la banda VALHALLA, tributo a Judas Priest, nos entregó los mejores temas de los legendarios ingleses e hicieron cantar al público al ritmo de “Breaking the Law” y “Living after Midnight”, entre otros.

Bloody Resist fue la siguiente banda, un tributo a los brasileños de Sepultura. Potencia, calidad interpretativa y un sonido demoledor que nos hicieron cabecear con los clásicos como “Roots Bloody Roots” y “Territory”.

Mucha gente esperaba a la siguiente banda, especialmente los más jóvenes (sub 35, diría yo). El grupo Hybrid, tributo a Linkin Park, hizo una correcta interpretación de los clásicos de la banda norteamericana, y la gente comenzaba a participar más, coreando a todo pulmón temas como “Numb” y “Crawling”. Un muy buen vocalista que, con un timbre de voz similar al de Chester Bennington, nos llevó a recordar al fallecido exvocalista.

Entrábamos en tierra derecha, y la cosa se puso más densa musicalmente con un tributo a TOOL. Intermission reflejó el ambiente y el rock progresivo industrial de la banda liderada por Maynard. Un buen tributo, y con la cadencia de sus ritmos hizo disfrutar a los asistentes.

Acá una sorpresa, porque los esperaba antes en la cartelera: los coquimbanos de Malessa, que supieron llenar de energía al público con su rock stoner y hard. Una grata sorpresa musical a esas alturas de la tarde.

Ya caía la noche. Yo llevaba 9 horas en el recinto, desde las pruebas de sonido, y tocó el turno a una banda que me voló los sesos, no solo por su calidad musical, sino por toda la puesta en escena que buscaba calcar a sus imitados. Me refiero a la banda Herztein, tributo a Rammstein: fuego, confeti, rock, metal, industrial, progresivo… todo en ese show. Las energías me abandonaban, pero aún quedaba noche. Sin embargo, mis cámaras sufrieron las consecuencias de tantas horas de show y se quedaron sin batería una, y luego sin memoria en las tarjetas (entre tantas bandas fueron muchas fotos).

La banda final, una de las favoritas de la noche para las nuevas generaciones, 6.sic.6, tributo a Slipknot. ¿Qué se puede decir de esta banda que no haya descrito antes en los shows que hemos cubierto? Simplemente están a un nivel ya de banda tributo a nivel nacional.

Después de un día de rock, llegué a mi casa cansado pero satisfecho, y con una sensación de conformidad absoluta, tanto por el show como por la producción, que, como dije, me asusté un poco por el atraso en el “timing”, pero luego supieron subsanarlo y cada banda aportó para que esto se cumpliera y entregaran un evento de nivel de profesionalismo impecable.