La magia de Queen Sinfónico llegó al Teatro Centenario.

Eduardo Ramos Carvajal

Un conjunto orquestal uniéndose al rock es una mixtura de la que siempre se puede esperar algo épico y por supuesto positivo, más aún si es una de las bandas más importantes de la música popular como lo es Queen. Eso fue lo que se vivió en el Teatro Centenario de La Serena el pasado sábado 1 de febrero.

La tarde noche de melodías icónicas de la cultura pop junto a Queen comenzó a eso de las 20 horas. Las luces del escenario se encendieron y se daba de esta forma inicio a una especial velada donde la música de los autores de Bohemian Rhapsody seriá llevada a otro nivel. Con una orquestación que invitaba a revivir la magia del rock clásico. El público que llegó desde temprano al Teatro Centenario de La Serena, como era de esperar, estaba compuesto por personas de todas las edades, desde niños a adultos mayores. Quienes, entusiastas con sus poleras alusivas a Queen y al rock, se encargaron de llevar hacia adelante una energía importante al momento de aplaudir, corear así como para pedir una nueva canción e inclusive encender las luces de su celular. Para generar un momento emocionante.

La orquesta dirigida por el maestro Manuel Figueroa-Bolvarán desde los primeros acordes demostró una capacidad admirable para desplegar sus arreglos en canciones que en sí mismas ya son parte de la cultura pop, lo cual a priori no es nada de fácil. Sin embargo, desde la ejecución, la interpretación pasando luego al sonido el espectáculo fue llevado de forma perfecta, esto junto a tres coristas que dieron voz a las melodías, acordes de Queen de forma magistral. Llegando así a los tonos que permitían transmitir la emocionalidad tan típica además de característica del rock de los 70s -80s. Dentro de todo este tremendo concepto musical es importante destacar también la participación de la banda, con rock, guitarra, batería y piano. Esa fue la cuota del formato rock que junto a la orquesta dieron vida a ese sonido tan particular que definitivamente fue una de las claves de la exitosa performance.

Desde el comienzo del show con “A Kind of Magic”, comenzaron a sonar los grandes éxitos de estadio de Queen, como se les suele denominar. Aspecto que se extendió por toda la tocata, lo cual permitió conectar aún más con las y los presentes. En este sentido, la energía del show fue muy transversal. Durante toda la interpretación se pudieron apreciar gestos de admiración, de alegría al estar viviendo un espectáculo en el cual se podían ir sorprendiendo con cada nuevo arreglo que se iba presentando. El juego de luces también fue sumamente importante para el espectáculo, aportando más dinamismo la puesta en escena , así como epicidad a las partes más rockeras como en “We Will Rock You”.

Además destacó el uso de fuegos artificiales en algunas partes, lo que en ningún momento se sintió algo forzado ni mucho menos. Así fue como sonaron himnos de toda la carrera de la banda británica como “Killer Queen”, “Show Must Go On”, “Under Pressure.

Un aspecto a destacar fue la calidad de cada uno de los músicos que fue parte del show, cada quien estuvo presente en el escenario del Teatro Centenario. Los segmentos de las y los intérpretes edad eran muy variados, desde jóvenes hasta más adultos quienes en todo momento se notaron muy compactos en su interpretación, demostrando una gran experiencia a pesar de la juventud de muchos de sus integrantes. En definitiva las diferentes fases del recital representadas en las canciones de Queen fluyeron de forma magistral desde lo artístico, permitiendo de esta manera al público disfrutar así como sentirse parte de una misma expresión.

El concierto se fue desarrollando de principio a fin con una importante dosis de emotividad, alegría además de nostalgia. Todo bajo el manto de la fuerza del rock junto a la potencia de la música orquestal. Canciones como “Who Want’s to Live Forever”, “Another one Bites the Dust” que iban siendo interpretadas en su mayoría con orquesta y músicos junto a los coristas ya descritos anteriormente, hasta algunas piezas que fueron versiones en un formato instrumental. Lo que le dio al espectáculo ese toque tan importante de dinamismo que tanto entusiasma a los asistentes. Los mismos que disfrutaron en Teatro Centenario, y hacia el final también pidieron un bis que posteriormente con la gran interpretación de los músicos dio al recital un final épico con la icónica canción “We Are The Champions”. Cerrando de esta manera por lo alto con aplausos cerrados junto a agradecimientos de los músicos a los asistentes por ser parte del evento.

Una noche donde la música de Queen y el legado inmenso de Freddy Mercury fue elevado a otro nivel. Una mixtura de banda en vivo con orquestación junto a nuevos arreglos que no hicieron más que aportar para así generar una nueva mirada estética musical. Un espectáculo que permitió reunir a personas de todas las edades quienes pudieron disfrutar una vez más de los éxitos más grandes rock n’ roll en un formato que en su esencia emociona e invita a sorprender, lo que finalmente terminó por suceder.