Desamores y piscolas con Macha y el Bloque Depresivo en Espacio Peñuelas.

Mis amigas más fanáticas de Macha me esperaban en los bomberos para tomar la micro al Espacio Peñuelas. Les preocupaba no alcanzar los primeros asientos de la entrada VIP que habían comprado a $28.000 por TicketOne. La locomoción fluía a esa hora de las 19:00. Pago $260 con mi pase estudiantil pirateado, y nos subimos a la micro; desde ahí nos dimos cuenta de que compartíamos espacio con más fanáticos de Macha y el Bloque Depresivo.

La fila parecía eterna, pero avanzaba rápido, y en menos de lo que pensábamos ya estábamos dentro. Eran alrededor de las 20:00. Yo tenía pase para la entrada general, pero por cosas de la vida, el destino y la suerte (cosas que no me conviene explicar por acá), terminamos las tres en la segunda fila del evento. Ahí nos enteramos, por información privilegiada, de que había habido una sobreventa de entradas.

A las 8:35, desde Bogotá, Colombia, Gato e’ Monte brindó por el pisco chileno, equiparándolo con su preciado aguardiente. Con el ritmo colombiano que traen consigo, demostraron su cumbia campesina en el escenario durante aproximadamente 30 minutos. Mientras gozábamos la rumba, la pareja a nuestro lado la rumbeaba más: el hombre que tenía delante auspiciaba con cerveza a cambio de que le prestaran su destapador. Nunca había visto tanta generosidad junta.

Caminando a la CTM

De repente, algo que parecían ser voces pascuenses salió emitido desde los parlantes. Eran las 21:15 y el cielo estaba medio oscuro y medio anocheciendo. ¿Qué es lo que pasa? tocó la banda de siete integrantes apenas pisó el escenario. Después de Trátame suavemente de Soda Stereo, interactuaron un segundo con el público para preguntarnos cómo estábamos. “¡Hace seeeeed!”, contestan de vuelta.

“Les voy a contar una historia de amor entre Luis Gómez Escobar y Cecilia, una compositora española, autora de Ramito de violetas, de Salo Reyes. Todo el público canta: ¿Quién te escribía a ti versos? Dime niña, ¿quién era? ¿Quién te mandaba flores en primavera?. El integrante de la banda sigue con la historia: tenían esta historia de amor, y en 1976 Cecilia pierde la vida en un trágico accidente de auto, y por eso nace esta canción. Con ustedes: Amiga”.

A las 10:04 nos dejan con Carmen Maureira, cantante de la Nueva Ola Chilena, quien nos deleita con tres canciones, una de ellas de su propio repertorio. A eso de las 10:15 llegó su momento de bajar del escenario, y todos pedían más de la artista gritando: “¡Tía Carmen, tía Carmen!”.

El Bloque prende.

Desde este momento ya nos compartíamos de todo: las cervezas que le regalaban a nuestros nuevos amigos, los tabacos mezclados con otra cosita, el pisco que el amigo de al frente metió escondido al evento en bolsas Ziploc, y, obviamente, nuestro gusto por Masha y el Bloque Depresivo.

A las 10:26 tocan Y si no fuera, seguido por Loca, y con estas dos canciones estalla el Espacio Peñuelas. La banda aprovecha este momento para conmemorar la partida de “Ratoncito” Jorge.

Son las 22:45 y suben al Cuarteto Austral al escenario para interpretar La nave del olvido. A esto le sigue una canción que necesita de las linternas de los celulares encendidas: Lo que fue no será.

Ya son las 11:04 y de fondo suena Los Continentales. Luego de tocar Canción de las cosas simples, la banda se fue del escenario sin despedirse. El público gritó tan fuerte que los hicieron volver. Las últimas dos canciones, Óleo de mujer con sombrero y otra que no me acuerdo como se llama, fueron despedidas por las 13.000 personas que asistieron al show.

Después del evento teníamos planeado ir directo a la casa, pero nos tropezamos con tremendo completo “rústico” preparado con pan talquino. 6/10 para el completo y el evento.