The Beatles sinfónico con Nowhere Band y la orquesta y coro del Centro Cultural San Francisco.
Pasadas las 20:20 hrs del 16 de enero de 2025, el Teatro Centenario comenzó a recibir los primeros acordes de una nueva velada de los “4 fab” en su recinto.
Nowhere Band nos había prometido una noche de The Beatles que se vería coronada con una sesión de piezas de los músicos de Liverpool interpretadas por ellos, más la orquesta y el coro del Centro Cultural San Francisco, dirigidos por el maestro Antonio Gálvez.
A la hora señalada, “A Hard Day’s Night” llenó el aire con su acorde inicial y encendió los ánimos de los asistentes. Como una carrera efervescente, nos transportó por la discografía de The Beatles. “Jet”, “Junior’s Farm”, “Eight Days a Week”, “Letting Go” le siguieron de manera soberbia. Los ánimos se calmaron para que la banda interpretara una de las canciones de amor más icónicas de todos los tiempos (y en la cual no se escucha ningún “te amo”, lo cual es un dato curioso): “Something”, la gran balada de George Harrison, que hizo bajar las revoluciones y logró poner al público en éxtasis. Luego, “All My Lovin” nos devolvió a la época más desordenada de los de Liverpool.
Tras un cambio de instrumentos, donde el bajista pasó al piano, interpretaron un clásico de John Lennon (de su etapa solista): “Imagine”. Luego, volvimos a la etapa psicodélica de la banda con “Lady Madonna”. Si tocaron un tema de la etapa solista de Lennon, no podía faltar uno de la etapa Wings de Paul McCartney: “Live and Let Die”, el cual, coronado por unas columnas de pirotecnia, sorprendió al respetable, que a esa hora ya estaba entregado a los músicos.
Después del frenético ritmo de la canción anterior, los ánimos bajaron para apreciar con solemnidad la gran “While My Guitar Gently Weeps” (otra de las obras de Harrison). La interpretación continuó con “Help”, y retrocedimos en el tiempo a la pista con “I Saw Her Standing There” y “Twist and Shout”. Con esas canciones, la banda tomó un receso y anunció además que comenzaría la etapa sinfónica del concierto.
Los músicos de cámara comenzaron a instalarse en el escenario, que se hizo pequeño para la cantidad de personas sobre él. Afinaron y se escuchó a la perfección “Come Together”, seguida por la complejísima “Eleanor Rigby”. Luego llegó “She’s Leaving Home” y el tema más versionado en la historia musical: “Yesterday”. A esto le siguió otro éxito escrito por Harrison, “Here Comes the Sun”, y luego “Don’t Let Me Down”. Después, una hermosísima pieza como lo es “The Long and Winding Road” y, para cerrar, otro clásico: “Let It Be”. El cierre fue con “Golden Slumbers / Carry That Weight / The End”.
Los músicos se despidieron, pero el público no quería irse. Así que pidieron un bis, el cual fue con la gran “Hey Jude”. Después de esta canción, todos los músicos se despidieron lentamente del escenario. La gente, muy contenta, cantó, bailó y aplaudió esta magistral interpretación de algunas obras de una de las, si no la más importante, banda de la música popular de todos los tiempos: The Beatles.