Una noche de poesía y clásicos junto a Illapu en La Serena.

La histórica agrupación chilena desplegó su espectáculo “El grito de la raza” junto a la destacada actriz Francisca Gavilán en el Teatro Centenario.

La noche del pasado sábado 11 de agosto quedará marcada como un nuevo hito para las y los fanáticos de Illapu en La Serena. Desde muy temprano se comenzaron a llenar los asientos disponibles en el mítico Teatro Centenario, para un show que prometía un mix de música y poesía. Fue así como la icónica agrupación chilena, pasadas las ocho de la noche, subió al escenario junto a Francisca Gavilán para dar inicio a “El Grito de La Raza”.

El show se dividió en dos importantes secciones, la primera un espectáculo de poesía musicalizada basado principalmente en cantos de reivindicación y reconocimiento al pueblo indígena. En esta sección se hicieron presentes textos como “Hombres del Sur”, “Gigantes de los Pinos” o “Desde Las Raíces”. El público del Teatro Centenario no hizo más que reconocer este momento especial, con aplausos cerrados al terminar cada texto musicalizado o el silencio para escuchar atentamente las interpretaciones.

Francisca Gavilán con su participación fue fundamental para darle un tono dulce, épico y de dramatismo a unos poemas que en sí ya tienen mucha carga emocional. La actriz chilena, de gran trayectoria, demostró su ya conocido nivel de interpretación para hacer reír, llorar y bailar a los presentes endulzando las melodías con una épica dulce llena de significados.

Esta sección del show, llegó a su punto culmine con la notable ejecución de la emocionante “Canción del nuevo amanecer”, momento ideal para dar un cierre elocuente a la primera parte del concierto.

Las canciones de Illapu son de las más populares de la música chilena, temas propios como interpretaciones inolvidables son parte del catálogo desde que comenzaron en los años 70s. A estas alturas esas melodías de los originarios de Antofagasta ya son parte del pensamiento colectivo, lo cual quedó  demostrado con la reacción de los presentes ante la segunda parte del show. La agrupación presentó entonces un cargado mix de éxitos o clásicos de la agrupación lo cual vino acompañado de momentos de gran euforia por parte los presentes en el Teatro Centenario.

A diferencia de la primera parte del concierto, el público se paró de sus asientos, bailó y disfrutó con grandes canciones como “Vuelvo”, “Lejos del amor”, “El necio” o “Sincero Positivo”, todas llenaron de aplausos y vítores políticos al Teatro Centenario. Roberto Marquez, líder del conjunto, no dejo de agradecer tan importante energía del público y señaló que como grupo estaban muy felices de volver a tocar en La Serena, agradeciendo de paso al equipo del teatro además de a todos quienes hicieron posible el recital.

Entre medio de la algarabía provocada por las melodías de Illapu, hubo un pequeño momento de tensión en la segunda parte del show. En un momento uno de los fanáticos logró subir directamente al escenario con una bandera en alusión a Salvador Allende y comenzó a bailar junto a la banda. El público se tomó bien el momento con aplausos o gritos para el muchacho, por su parte los músicos también, a pesar de ser algo totalmente fuera de libreto, mantuvieron el profesionalismo al tocar junto a su característico buen
humor sobre el escenario.

Cabe destacar que como siempre la agrupación folclórica mostró una sólida puesta en escena e impecable sonido en directo, en canciones que van de lo simple a lo complejo, como “Morena Esperanza” o “Sobreviviendo” que llegaron al cierre de la parte final.

Posterior a un muy pedido bis de parte de las y los presentes, Illapu ahora sí concluyó su espectáculo por lo alto, con algunas de sus clásicos más coreables como “Amigo” y finalmente “Candombe para José” aquella versión que les abrió al conocimiento popular en Chile, allá por el año 1976.

Con el público de pie terminó el show, y allí, junto a la presencia de Francisca Gavilán que la agrupación se despidió, con sonrisas y aplausos también de parte de los músicos para los asistentes. En una noche marcada por la calidad música, la poesía y un marcado sentido de crítica social, todo aquello que ha llevado al reconocimiento popular de los originarios de Antofagasta. Esta vez con su concepto de El Grito de La Raza.

Oscar Ramos Carvajal
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